Infección por E. coli y cáncer colorrectal en jóvenes: lo que revelan los estudios recientes
- María de Vidimedic
- 24 abr
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Nuevas investigaciones apuntan a que una infección bacteriana en la infancia podría estar relacionada con el aumento del cáncer colorrectal en personas menores de 50 años.
El cáncer colorrectal está aumentando de forma alarmante entre los adultos menores de 50 años. Recientes investigaciones científicas han comenzado a identificar un posible culpable: la infección por E. coli y cáncer colorrectal en jóvenes está estrechamente relacionada en varios estudios internacionales. Se ha descubierto que una toxina bacteriana presente en ciertas cepas de Escherichia coli podría estar dañando el ADN intestinal desde la infancia, lo que abre nuevas hipótesis sobre la prevención temprana del cáncer.
Una serie de estudios liderados por equipos científicos de varios países ha encontrado una coincidencia preocupante: muchas de las mutaciones detectadas en tumores colorrectales de pacientes jóvenes coinciden con las que causa una toxina llamada colibactina, producida por cepas específicas de E. coli. Esta toxina actúa directamente sobre el ADN celular, lo que podría iniciar procesos cancerígenos a largo plazo, especialmente si la infección ocurrió durante la infancia, cuando el sistema inmunológico aún se encuentra en desarrollo.
El preocupante aumento de casos en adultos jóvenes
Hasta hace dos décadas, el cáncer colorrectal era mayoritariamente una enfermedad de personas mayores. Sin embargo, hoy se diagnostica cada vez más en personas de entre 20 y 40 años. Este fenómeno ha llevado a la comunidad científica a buscar factores nuevos, más allá de los hábitos alimenticios y el estilo de vida, que expliquen el aumento. Aquí es donde entra la investigación sobre la infección por E. coli y cáncer colorrectal en jóvenes, que está ganando fuerza como una posible causa biológica de este repunte.
Infección por E. coli y cáncer colorrectal en jóvenes: lo que necesitas saber
La colibactina no está presente en todas las cepas de E. coli, pero sí en algunas que comúnmente habitan el intestino humano. La hipótesis es que, si una persona tuvo contacto con estas bacterias desde muy joven, el daño celular provocado podría ir acumulándose silenciosamente durante años, hasta derivar en un tumor.
¿Qué se puede hacer?
Aunque aún no hay pruebas definitivas que justifiquen cambios en las pautas de cribado, los expertos coinciden en que se deben reforzar las medidas de prevención desde la infancia. Esto incluye una higiene adecuada, diagnóstico temprano de infecciones intestinales persistentes, una dieta equilibrada rica en fibra y una atención médica periódica. También se sugiere que en el futuro podría haber test genéticos o bacterianos que identifiquen a personas con mayor riesgo debido a exposiciones pasadas a E. coli productora de colibactina.
Conclusión
La relación entre infección por E. coli y cáncer colorrectal en jóvenes pone en el centro del debate el papel de las bacterias en la salud a largo plazo. Si bien queda mucho por investigar, estos hallazgos podrían transformar la forma en que entendemos y prevenimos uno de los tipos de cáncer más agresivos entre la población joven. Estar informado y prestar atención a la salud digestiva desde la infancia podría ser una de las mejores estrategias preventivas del futuro.